martes, 29 de marzo de 2016

AD CIVITATEM IGAEDITANORVM ITER A.D. XV KAL. APRILES FACTVM

Photogrammata excerpta e pluribus quae eo itinere eoque die edita erant a professore. Quorum tituli nunc Hispanice inscripti sunt, ut legi possint a discipulis huius Instituti qui Latine nesciant.

Parada en el Puente de Segura sobre la fronteriza Rivera de Eljas (rio Erges, en portugués). Se trata de un puente romano (aunque con reformas posteriores, algunas poco afortunadas) considerado como el hermano menor del Puente de Alcántara y enclavado en el mismo recorrido de la calzada entre Emerita y Bracara.

La Civitas Igaeditanorum hispanorromana, una de los municipios que contribuyeron a la financiación de la obra del Puente de Alcántara y cuyo rico patrimonio arqueológico puede hoy visitarse en la aldeia portuguesa de Idanha-a-Velha. En la imagen, la Porta Sul de sus murallas romanas -que han sufrido diversas reconstrucciones desde la Edad Media hasta nuestros días-.

João (a la izquierda), técnico de la Câmara Municipal de Idanha-a-Nova que guió nuestra visita a Idanha-a-Velha, nos muestra las poldras sobre el río Ponsul, pasaderas colocadas para salvar el cauce fluvial reutilizando cantería romana.

El singular puente sobre el río Ponsul, obra medieval que aprovechó la original construcción viaria romana en la calzada entre Emerita y Bracara.

Monsanto cautiva al viajero tanto por sus construcciones tradicionales en piedra -que se mimetizan hasta confundirse con los descomunales bolos graníticos que conforman su monte-isla- como por los horizontes inabarcables que desde aquí se divisan.

Reposando en el Castelo templario de Monsanto (s. XIII).


Tampoco se nos resistió la ascensión al no menos templario e igualmente medieval Castelo de Penha Garcia.

Desde el castillo de Penha Garcia se descubre, oculto por las colosales crestas cuarcíticas de su Serra, el valle alto del río Ponsul, cobijo de uno de los más destacados yacimientos de fósiles de la Península Ibérica, que nos disponemos a visitar descendiendo por veredas entalladas entre los acantilados.

El grupo sigue atento las explicaciones de Ana (a la derecha) sobre las cruzianas: huellas fósiles del Ordovícico que pueden observarse arriba a su izquierda, justo encima de la flecha blanca.


En el cauce encajado del río Ponsul y entre los escarpados paredones de cuarcitas que lo enmarcan se encuentra una deliciosa piscina natural en la que se han instalado estas réplicas en tamaño gigantesco de los animales que originaron los fósiles que por allí se conservan: en primer término, un trilobites o trilobita (artrópodo similar a algunos crustáceos actuales); al fondo, un nautilo (cefalópodo parecido a un calamar con concha); las huellas de los primeros en el fondo marino paleozoico dieron lugar a las cruzianas, el fósil más característico de Penha Garcia.

Descanso en la piscina natural del río Ponsul, cuyo valle es una auténtica sinfonía de agua y piedra.

Esperando para ver la colección de fósiles y minerales custodiada por el senhor Domingos. Fin de la visita.


jueves, 3 de marzo de 2016

Stationes in itinere: CIVITAS IGAEDITANORVM.

IDANHA-A-VELHA es actualmente una pequeña aldea poblada por no más de una cincuentena de habitantes, enclavada en un tranquilo  y pintoresco paraje en el concelho portugués de Idanha-a-Nova, perteneciente al distrito de Castelo Branco y a la región portuguesa de la Beira Interior. Es, por tanto, localidad raiana y, como tal, muy próxima a nuestras tierras extremeñas, con las que comparte -entre otras cosas- paisaje y clima.
Concelho de Idanha-a-Nova con la situación de Idanha-a-Velha.
Situada en la amena campiña regada por el río Ponsul (afluente del Tajo) a los pies del imponente monte-isla granítico de Monsanto, la pequeña Idanha-a-Velha de hoy esconde en su seno los restos de uno de los principales núcleos urbanos de la provincia romana de Lusitania (la cual, con capital en Augusta Emerita -nuestra Mérida-, abarcaba casi todo el tercio occidental de la Península Ibérica).
Río Ponsul, afluente del Tajo, a cuyas orillas asienta Idanha-a-Velha.
En efecto, Idanha-a-Velha ocupa un lugar muy destacado en el conjunto de yacimientos arqueológicos portugueses por la cantidad y calidad de los vestigios que conserva, sobre todo de época romana pero también posteriores.
Panorámica actual de Idanha-a-Velha, con un tramo de muralla (romana y medieval) en primer término.
Se trata de la antigua CIVITAS IGAEDITANORVM (Ciudad de los Igeditanos), núcleo de fundación romana (s. I a.C.)  creado para romanizar el territorio ocupado por la tribu o clan lusitano así llamado: Igeditanos. La existencia de este núcleo urbano en ese momento histórico está atestiguada por una inscripción datada en 16 a.C., en la que se menciona que un tal Quintus Tallius, ciudadano de Augusta Emerita, "donó de buena voluntad un reloj de sol a los Igeditanos". En el siglo II d.C. ya figura con el status de municipium, según el testimonio de nuestro propio Puente de Alcántara.
Cartela de los Once Municipios, en el Puente de Alcántara (ca. 105 d.C.), donde aparecen los municipios de la Provincia Lusitania que contribuyeron económicamente a la construcción de esta monumental obra de ingeniería romana; se menciona en primer lugar a los Igaeditani, que son también, de todos ellos, el único populus que actualmente se puede identificar y localizar con exactitud.
Diversos vestigios evidencian aún hoy in situ la pervivencia de la Civitas Igaeditanorum, que conservó su importancia durante la Alta Edad Media con el nombre de Egitania (llegando a ser sede episcopal con suevos y visigodos):

-El recinto amurallado (en parte reconstruido durante la Edad Media) con su monumental Porta Norte:
Porta Norte de Idanha-a-Velha, en la muralla romana. Foto de grupo de la visita organizada desde el IES "San Pedro de Alcántara" en 26-03-2015.
-Los restos arqueológicos de viviendas romanas que afloran por doquier en las inmediaciones de la antigua Sé Catedral (sede episcopal de la altomedieval Egitania):
Vestigios de viviendas y sepulturas romanas y altomedievales en las inmediaciones de la antigua catedral de Egitania.
-Una de las más completas e ilustrativas colecciones epigráficas de la Hispania romana, con inscripciones funerarias y votivas muy notables como las que se exponen en su Arquivo Epigráfico o se apilan al aire libre junto a la antigua Catedral:
Inscripción votiva romana en un ara cuyo texto en latín reza así: "[Dedicada] a Marte [por] Flavio Aristón, liberto de los Igeditanos". Arquivo Epigráfico de Idanha-a-Velha.
-El podium de un templo romano -probablemente dedicado a la diosa Venus-, en el espacio de lo que fue el forum de la ciudad, que sirvió de base a la Torre dos Templários (construcción militar del s. XIII):
Detalle del podium del templo romano sobre el que la Orden de los Templarios levantó su castillo en el siglo XIII.
-El puente sobre el río Ponsul, edificado en el trayecto de la calzada romana que unía la capital de la Lusitania: Augusta Emerita, con el norte de esta Provincia romana y la Gallaecia; esta calzada llegaba a la Civitas Igaeditanorum tras haber franqueado el Tajo por nuestro Puente de Alcántara y después de salvar la hoy fronteriza Rivera de Eljas (en Portugal, Erges) por su "hermano menor" el también romano Puente de Segura. Este puente de Idanha-a-Velha conserva de época romana tan sólo su trazado y algunos sillares de sus tajamares, ya que sufrió diversas reconstrucciones y reformas desde la Edad Media hasta nuestros tiempos:

Puente de Idanha-a-Velha sobre el río Ponsul, obra medieval que aprovechó la original romana en la calzada Emerita-Bracara.
El interés monumental de Idanha-a-Velha no se agota, ni mucho menos, en la época romana. Siguió siendo un núcleo poblacional de cierta importancia durante la Edad Media, aunque pronto se vería eclipsada por la emergente Idanha-a-Nova (actual capital municipal), enclavada en lugar más estratégico y de más fácil defensa; después perdería su obispado (integrado en el de Guarda), y más tarde también su ayuntamiento (reforma administrativa portuguesa de 1836). Hoy Idanha-a-Velha es un apacible enclave rural rodeado de campos ondulados cuyo plácido silencio sólo se ve interrumpido por la letanía de los balidos y el tintineo de los cencerros de los muchos rebaños de ovejas que salpican sus prados y dehesas, y cuyas ruas enrolladas convidan a pasear despacio y saborear la historia que rezuma de cada una de sus antiguas y nobles piedras. Bien merece la pena recorrer los escasos 50 kilómetros que desde Alcántara nos separan de ella para descubrirlo.
Viviendas tradicionales de la Beira Interior en la Rua Direita de Idanha-a-Velha.
El Posto de Turismo de Idanha-a-Velha se encuentra en el Lagar de Varas, almazara tradicional rehabilitada. Tfno.: +351 277 914 280. Horario: todos los días de 10:00 a 13:00 y de 14:00 a 18:00 (hora de Portugal). Para concertar visitas para grupos es recomendable ponerse en contacto con el Gabinete de Turismo da Câmara Municipal de Idanha-a-Nova: turismo@cm-idanhanova.pt